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¿El homicidio de d10S?

Hablar de Diego es hablar de devoción a esa sana costumbre de tratar bien a la pelota. Es recordar los dos goles a Inglaterra como una revancha nacional, posterior a la Guerra de las Malvinas. Es transportarse imaginariamente al debut del 10 contra Talleres en La Paternal. Es entristecerse al saber que jamás volveremos a tener un jugador talentoso como él. Y ahora, es preguntarnos, ¿será que al “pelusa” lo mataron?



Diego y fútbol son sinónimos desde que el 10 descubrió ese terciopelo místico que le creció en el pie, que queda del costado del corazón. La última vez que pisó el banquillo fue el 30 de octubre del vigente año. Su equipo, Gimnasia y Esgrima de La Plata, recibió a Patronato en El Bosque y lo “bailó” 3-0, un resultado ilusionante que emocionó al estratega del “tripero”, ya que empezaba con pie derecho en el retorno del balompié a la Argentina, tras el parón por el Covid-19.


¿Quién nos iba a decir que esa sería la ultima vez que veríamos a Maradona en la cancha? O peor aún, ¿Quién nos iba a decir que esa sería la última vez que veríamos a Maradona?


A principios de noviembre, Diego estuvo diez días internado en un hospital de Buenos Aires por una anemia, deshidratación y “bajón anímico”. Aparentemente era algo rutinario, lejos de complicaciones. No obstante, tras realizarle los chequeos médicos le descubrieron un hematoma subdural, por lo que debió ser intervenido quirúrgicamente.


Según los doctores, Maradona sufrió una etapa de confusión post operatoria, que fue relacionada con un cuadro de abstinencia, por lo cual no se le dio mayor relevancia y pudo volver a su casa en la localidad de Tigre, en Buenos Aires.


Lo cierto es que el Pelusa murió el pasado 25 de noviembre. Las autoridades, en primera instancia, aseguraron que se trató de una muerte natural ocasionada por un paro cardio-respiratorio. Sin embargo, empiezan a aparecer muchas dudas y preguntas acerca de las últimas horas del ídolo argentino.


Esta conjetura derivó en una investigación por parte del aparato judicial del país, motivada, en parte, por el testimonio de las hijas del 10, Dalma, Gianinna y Jana, quienes se expresaron inconformes con el tratamiento médico que su padre había recibido durante su estadía en su hogar, según la agencia de noticias argentina Télam.


Este hecho focalizó los esfuerzos en investigar a Leopoldo Luque, médico de cabecera de Maradona, y fundamento para que la Fiscalía de San Isidro ordenara los allanamientos de la casa y el consultorio del galeno, en busca de material probatorio. Esto desencadenó la imputación del cargo de homicidio culposo en contra del sanitario.


Pero, ¿qué significa esto? Homicidio sabemos que es matar a otro, pero ¿y lo segundo?


En el derecho penal, es equívoco hablar de tipos de homicidio, puesto que es un mismo delito (a menos que habláramos de feminicidio o magnicidio).


Cuando evaluamos un homicidio debemos distinguir entre dos elementos: el objetivo y el subjetivo. En el elemento objetivo está toda la composición tácita y descriptiva del crimen, ligada a la estipulación legal de su castigo, por ejemplo: “El que matare a otro incurrirá en pena carcelaria”, logramos identificar un sujeto activo indeterminado o autor del delito (el que), un sujeto pasivo (otro), el bien jurídico (la vida) y el verbo rector (matar).


Por otro lado, tenemos los elementos subjetivos que recaen en el interior y autonomía de cada persona: el dolo, la preterintención y la culpa. Esta última es la que hoy nos tiene desglosando el tema, ya que fue el elemento subjetivo que le imputaron a Luque.


La culpa la podríamos definir como la imprudencia. Así mismo, este delito tiene dos variables: la culpa con representación, que se traduce como la probabilidad de cometer el siniestro, y la culpa sin representación que es la posibilidad de cometerlo.


El código penal argentino, estipula en su artículo 84[1] las penas a las que se podría ver enfrentado Luque por esa presunta negligencia médica, que hoy lo tiene investigado por las autoridades. Estas oscilarían entre uno y cinco años de prisión, y entre cinco y diez años de inhabilidad especial de su oficio.


Independientemente de la responsabilidad del médico, lo realmente triste es la partida de Diego. Fue el más grande. Fue la persona que dio tantas respuestas a las preguntas que le inspiró la pelota en cuanto a lo anímico, al liderazgo, a lo técnico, a la pizarra, al caudillismo y la resiliencia. Maradona sin duda, fue el más grande jugador de todos los tiempos y no habrá otro que represente para el fútbol lo que fue realizado por él.


Por favor, no nos falten al respeto a quienes somos futboleros comparándolo con cualquier “fulano de tal”. Hasta siempre,

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